El
tipo de cambio es definido como el precio de una unidad monetaria extranjera,
generalmente el dólar, expresada en términos de una moneda local, y básicamente
es una de las variables que más curiosidad ha despertado en los apartados
teóricos y empíricos de la economía. Bajo un régimen de flotación, el tipo de
cambio refleja el comportamiento del mercado de divisas, el cual puede estar
influenciado por diferentes factores, tales como la evolución de los términos
de intercambio, los volúmenes de comercio exterior, los flujos de capital o las
decisiones de portafolio (BCRP, s.f.).
Michael
W. Klein (2012), en su libro Exchange rates regimens in the modern era,
expone que el dólar, o el tipo de cambio, es el precio más importante del
mundo, el cual es determinado por las fuerzas de mercados y tan cambiante que
lo hace día a día, e incluso minuto a minuto. Bajo el supuesto de coexistir en
un régimen de flexibilidad o de flotación, el tipo de cambio refleja “el
cumplimiento de nuestro objetivo económico básico: el logro y el mantenimiento
de una comunidad mundial libre y próspera dedicada al comercio multilateral sin
restricciones” (Friedman, 1953).
En
tal sentido, la demanda relativa de monedas refleja la demanda subyacente de
bienes y activos denominados en esa moneda, así como la influencia de los
flujos de capital. Por tanto, su participación en la economía es fundamental
tanto en el plano real, monetario, así como en el financiero.
De
acuerdo a la tradición keynesiana, la condición Marshall Lerner establece que
en un proceso de devaluación o depreciación del tipo de cambio, este podría
generar mejoras en la balanza comercial, por ende en la demanda agregada y el
producto de un país. Es decir, una devaluación o depreciación genera un efecto
expansivo del producto, de manera que por muchos años fue un instrumento de
protección de las exportaciones y de
reactivación de la economía, esto básicamente bajo un régimen de control del
tipo de cambio.
Sin
embargo, con la liberalización de los mercados, los tipos de cambios flotaron
libremente reflejando la libre interacciones de los agentes. Además de la
sofisticación de los instrumentos financieros, y los cambios en los mecanismos monetarios
de los bancos centrales, la relación del tipo de cambio y el nivel de actividad
económica quedó permanentemente ambigua.
Bajo
lo anterior, una depreciación del tipo de cambio tiene tres efectos básicos por
los cuales podría impactar a la economía, determinando su carácter de expansivo
o recesivo, siempre bajo el supuesto de flotación. El primero es el denominado efecto competitividad, el cual es la
condición Marshall Lerner, es decir, el efecto de una depreciación del tipo de
cambio genera un impacto positivo sobre la balanza comercial y finalmente sobre
el nivel de actividad. El segundo, al cual denominaremos el efecto Diaz-Alejandro o efecto redistribución,
en el cual una depreciación del tipo de cambio tiende afectar a los precios, de
manera que esto genera un deterioro de los salarios reales, lo cual afecta
negativamente al consumo, la demanda agregada y, finalmente al producto (Diaz-Alejandro, 1966).
Finalmente
el tercero, el efecto hoja de balance,
el cual considera que en una economía total o parcialmente dolarizada una
depreciación del tipo de cambio, en la cual los pasivos se encuentran en moneda
extranjera y los ingresos en moneda local, una depreciación tiende a afectar el
volumen de las deudas, genera una restricción en las inversiones y deteriorando
el nivel de actividad de una economía. Dependiendo de la magnitud de los
efectos, estos determinarán si una depreciación del tipo del cambio tiene un
carácter recesivo o expansivo en el nivel de actividad de una economía.
REFERENCIAS
BCRP. (s.f.). Guía Metodológica de la Nota Semanal. Banco
Central de Reserva del Perú.
Diaz-Alejandro, C. (1966). Exchange-rtae
devaluation in a semi-industrialized country. The experience of Argentina,
1955-1961. Massachusetss: MIT press.
Friedman, M. (1953). The case for
flexible exchange rates. In his Essays in Positive Economics. Chicago:
University of Chicago Press, 157-203.
Klein, M. (2012). Exchange rate regimes in the modern
era. MIT
press.