Desde antes que Wesley C. Mitchell publicará su mayor trabajo relacionado al ciclo económico el tema generaba gran suspicacia entorno al círculo científico; no obstante, las cuatro fases que Mitchell introdujo en el vocabulario económico generaron un gran paso para el análisis del ciclo económico. De acuerdo a Mitchell el ciclo económico era definido como las fluctuaciones que se encontraban en la actividad económica de las naciones y que estaba envuelta en cuatro fases inevitables: prosperidad, crisis, depresión y reanimación. Desde entonces la teoría del ciclo económico comenzó a dar saltos enormes gracias a los diversos trabajos de las diferentes escuelas que buscaban encontrar los fundamentos de dicho fenómeno. Antes de la gran depresión y de acuerdo con Milton Friedman y Anna J. Schwartz (1965), el ciclo económico era considerado un fenómeno monetario que los economistas estuvieron dispuestos a aceptar; de esa manera, la estabilidad económica alcanzada durante la década de los 20 en los EE.UU. permitía creer que la política monetaria relacionaba los factores monetarios con el factor central en el ciclo. La teoría monetaria de las fluctuaciones cíclicas puede generar una gran variedad de hallazgos empíricos sobre las regularidades cíclicas de la actividad económica. Así por ejemplo, un choque inesperado proveniente del aumento en la tasa de compras en el mercado abierto de algún banco central, generaría un desplazamiento de la trayectoria temporal de la cantidad de dinero, que implicaría una nueva tasa de crecimiento de la cantidad de dinero; la mayor cantidad de dinero hace más líquidos a los agentes bancarios y no bancarios, de tal manera que comienzan a reajustar sus respectivas carteras, generando en ese proceso una mayor liquidez. Dicho proceso hace que los activos financieros se vuelvan más caros con respecto a los activos no financieros, generando de esa manera un incentivo a que los agentes compren activos no financieros. Con el aumento de los precios de los activos no financieros se tiende a incrementar la riqueza relativa de los ingresos, de tal manera que el estimulo monetario se extendió desde el mercado financiero al mercado de bienes y servicios. Bajo dicha explicación Friedman y Schwartz mostraron que los principales ciclos en el producto venían antecedidos con frecuencias por cambios importantes en la base monetaria. Finalizando los años 60 se establecieron dos teorías que competían por el dominio global. Uno de ellos fue la aproximación del comportamiento empírico reflejado en los modelos keynesianos. El otro fue la aproximación neoclásica, que modela el comportamiento racional maximizador de los individuos y las empresas en una situación de equilibrio competitivo en los que los precios eran totalmente flexibles. Este último, domino las finanzas públicas, la teoría del crecimiento y el comercio internacional. Con respecto a la teoría del ciclo económico, y tras la critica de Lucas, el trabajo de Hodrick y Prescott (1980) para determinar los hechos estilizados de los EE.UU. después de la segunda guerra mundial, estableció una base empírica para que Kydland y Prescott (1982) desarrollaran un marco teórico que permitiría establecer lo que posteriormente se denominaría el ciclo económico real (RBC). Lucas definía el ciclo económico como las desviaciones del crecimiento del producto nacional entorno a un valor promedio, este concepto fue mejorado posteriormente cuando se introduce los conceptos del valor tendencial, que viene a ser el valor potencial del producto en el estado estacionario. Con este marco teórico se introduce la idea del cambio tecnológico en base a las ideas de Joseph Schumpeter, de tal manera que existe un factor tecnológico que es exógeno y el cual permite generar los cambios en los niveles de producción, lo que genera las fluctuaciones. Con esto se rechaza la idea que la fuente de las fluctuaciones económicas pueda encontrarse en los choques de demanda o de política. Este factor está claramente relacionado con los mecanismos e instituciones que una sociedad utiliza y seguirá utilizando en el futuro. Así por ejemplo, sociedades estables, como los EE.UU. desde la segunda Guerra Mundial ha tenido cambios significativos en sus instituciones. Tanto el enfoque de los monetaristas como los nuevos clásicos buscan encontrar, bajo sus supuestos básicos, los fundamentos que generaban las fluctuaciones del nivel de producción entorno a un patrón tendencial. Ambos coinciden en un mecanismo que parte de la existencia de un choque que permite generar una propagación en los diferentes mercados. Las limitaciones teóricas de los monetaristas no le permitieron develar aspectos que en años posteriores fueron usados por los nuevos clásicos, pero que, sin embargo, fueron usados como base para estudios de los nuevos keynesianos. La idea fundamental del choque de política monetaria, es considerada para los nuevos clásicos como falsa, porque en base a la idea del factor tecnológico, el choque parte desde la oferta y no desde la demanda como lo menciona Friedman y Schwartz.
BIBLIOGRAFIA
· Kydland, Prescott (1990), Business Cycles Real Facts and Monetary Myth.
· Fridman, Milton and Schwartz, Anna J. (1965), Money and Business Cycle.